¿Qué es una sociedad sin ánimo de lucro?

Todo individuo que opera un negocio tiene la posibilidad de constituir su empresa de manera que le permita obtener los mejores beneficios fiscales. Cada tipo de corporación tiene un conjunto diferente de beneficios e implicaciones legales, por lo que es importante que una persona elija la estructura que mejor se adapte a sus necesidades empresariales. Los propietarios de empresas deben tener en cuenta factores como el número de personas implicadas, la situación fiscal de su negocio y lo que está en juego si la empresa incurre en grandes pérdidas. Un individuo o un grupo que gestiona una organización sin ánimo de lucro o benéfica que trabaja por una causa religiosa, educativa, civil o cualquier otra de interés público también puede optar por constituirse en sociedad. Muchos prefieren constituir una corporación sin ánimo de lucro que suele estar gestionada por voluntarios o cargos remunerados y que funciona con fines no comerciales. Desde músicos y artistas hasta individuos o grupos que se dedican a la salud, la educación y los servicios comunitarios, todos pueden beneficiarse de una corporación sin ánimo de lucro. El carácter no lucrativo de una empresa es un requisito básico para poder optar a fondos de organismos gubernamentales y fundaciones privadas. Aparte de conseguir subvenciones, hay otras ventajas de las corporaciones sin ánimo de lucro.
Una de las ventajas más citadas de las corporaciones sin ánimo de lucro es su estatus fiscal. Una corporación sin ánimo de lucro puede solicitar la exención de varios impuestos federales y estatales sobre la renta en virtud de la Sección 501(c) del Código de Impuestos Internos. Esta es una de las razones por las que las corporaciones sin ánimo de lucro también se conocen como corporaciones 501(c). Este tipo de exención fiscal no sólo cubre los ingresos generados por la corporación, sino que también se aplica a todas las donaciones que recibe. Por tanto, es una situación beneficiosa tanto para la corporación como para sus donantes, que obtienen una exención fiscal por sus aportaciones.

El término “sin ánimo de lucro” no implica que una corporación con este estatus no pueda ganar dinero. Sin embargo, hay una serie de restricciones sobre el uso que puede hacer una corporación de este tipo de los beneficios. El Congreso y el Servicio de Impuestos Internos han establecido ciertos parámetros que una organización debe seguir para ser considerada una corporación sin ánimo de lucro. Uno de los principales parámetros es que los beneficios no pueden distribuirse entre los directores, funcionarios o miembros que se encargan de gestionar los asuntos de la organización. Mientras que los accionistas de las corporaciones con ánimo de lucro tienen derecho a obtener acciones a cambio de sus inversiones de capital y, por lo tanto, a recibir un retorno de su inversión en forma de dividendos. La organización puede utilizar sus beneficios libres de impuestos para cubrir gastos de funcionamiento, como el pago de salarios. Debido a su estatus de exención, es posible que no se requiera la presentación de declaraciones de impuestos regulares si los ingresos brutos anuales de la corporación se mantienen por debajo de los 25.000 dólares. La recepción de bienes donados por valor de más de 5.000 dólares y la enajenación de bienes donados por valor de más de 2.500 dólares requerirá la presentación de declaraciones de impuestos con fines especiales.Todos los activos de una corporación sin ánimo de lucro deben dedicarse al propósito exento de impuestos para el que se ha constituido. Esto implica que, en caso de disolución, los activos deben distribuirse a alguna otra organización exenta de impuestos 501(c). El incumplimiento de estos requisitos puede hacer que la organización pierda su condición de exenta de impuestos. Todas las actividades de la corporación deben estar estrictamente relacionadas con fines no lucrativos. Las organizaciones que entran en la categoría de exentas de impuestos son las organizaciones laborales, las ligas de negocios, las inmobiliarias.